Armar un rompecabezas, a pesar de su nombre, se supone que debe ser una tarea agradable, y muchos aseguran que hasta terapéutica y tranquilizante. Armarlo requiere una atención que implica en gran medida olvidarse de los grandes problemas para concentrarse en los pequeños detalles.
Sin embargo, armar un rompecabezas puede ser frustrante si se lo encara impacientemente y con el afán de terminarlo rápido. Nunca hay que olvidar que lo divertido del juego es armarlo, no terminarlo.
Por eso el primer consejo es tener paciencia, tomarlo con tiempo. Habrá veces que avanzaremos en todo un sector del rompecabezas y otras en las que no conseguiremos insertar ni una sola pieza. Lo importante es no desesperar, dejar el rompecabezas un rato si no nos sentimos afortunados, y volver más tarde.
Es importante conseguir un buen lugar donde montarlo. Debe haber luz, espacio, y comodidad. Encender la música o la televisión también puede ayudar al ambiente. Si el rompecabezas será armado sobre una mesa, es importante considerar que estará allí varios días, por lo que no debe circular el viento o haber movimientos bruscos. Sino la opción práctica es armarlo sobre una placa de cartón o madera, una plancha capaz de ser transportada por la casa.
Para comenzar, lo que siempre se recomienda y que cualquiera puede notar es que las fichas de los bordes son fácilmente detectables por su forma. Conviene separarlas, y entre ellas, las cuatro esquinas del rectángulo que formas la imagen. Una vez localizadas, armar el borde es un excelente punto de inicio, ya que nos brinda el marco, el tamaño, y el punto de anclaje para seguir con otros sectores.
Ya armé el borde, todo muy lindo, y ahora… ¿qué hago? Es fácil entrar en pánico ante tantas piezas que parecen iguales, sobre todo en los rompecabezas más grandes. Pero al pensarlo dos veces no es difícil notar que la imagen del rompecabezas dispone de más de un color, cuya cantidad dependerá del rompecabezas que hallamos elegido.
Originally posted 2008-09-17 20:16:06.